miércoles, 26 de junio de 2013

El ejercicio beneficia a los pacientes con diabetes tipo 2




Fuente: Europa Press


El ejercicio de intensidad moderada reduce la grasa almacenada alrededor del corazón, en el hígado y el abdomen de las personas con diabetes mellitus tipo 2, incluso en ausencia de cualquier cambio en la dieta, según las conclusiones de un nuevo estudio publicado en línea en la revista ‘Radiology’.


La diabetes tipo 2 ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina, una hormona que regula el movimiento de azúcar en las células o cuando las células resisten los efectos de la insulina. La enfermedad puede conducir a una amplia gama de complicaciones, incluyendo daño a los ojos y los riñones y el endurecimiento de las arterias.


El ejercicio se recomienda para las personas con diabetes, pero sus efectos en los diferentes depósitos de grasa en el cuerpo no están claros, según el autor principal del estudio, Hildo J. Cordero, MD, del Departamento de Radiología de ‘Leiden University Medical Center’, en los Países Bajos.


“En base a estudios previos, hemos observado que los diferentes depósitos de grasa en el cuerpo muestran una respuesta diferencial a la intervención dietética o médica -dijo–. Metabólicos y otros efectos del ejercicio son difíciles de investigar, porque por lo general un programa de ejercicio se acompaña de cambios en el estilo de vida y la dieta”.


Para la nueva investigación, el doctor Cordero y sus colegas evaluaron los efectos del ejercicio sobre la acumulación de grasa en órganos específicos y la función cardiaca en pacientes con diabetes tipo 2, independientemente de cualquier otro estilo de vida o cambios en la dieta.


Los doce pacientes, con una edad media de 46 años, fueron sometidos a exámenes de resonancia magnética antes y después de seis meses de ejercicio de intensidad moderada por un total de entre 3,5 y seis horas por semana: con dos de resistencia y dos sesiones de entrenamiento de resistencia. El ejercicio de bicicleta culminó con una expedición de trekking de 12 días.


Los resultados de resonancia magnética (MRI, en sus siglas en inglés) mostraron que, a pesar de que la función cardiaca no se vio afectada, el programa de ejercicios condujo a una disminución significativa en el volumen de grasa en el abdomen, el hígado y alrededor del corazón, todos ellos relacionados previamente con un mayor riesgo cardiovascular.


“En el presente estudio se observó que la segunda capa de grasa alrededor del corazón, la grasa peracardial, se comportó de manera similar en respuesta al entrenamiento físico por ejemplo en el área intra-abdominal o la grasa visceral”, destacó el doctor Cordero. “El contenido de grasa en el hígado también se redujo considerablemente después del ejercicio”, agregó el principal investigador, quien señaló que las reducciones de frasa en el hígado inducidas por el ejercicio son de particular importancia para las personas con diabetes tipo 2, muchos de las cuales tienen sobrepeso o son obesas.


“El hígado juega un papel central en la regulación de la distribución total de la grasa corporal -afirmó–. Por lo tanto, la reducción del contenido de grasa en el hígado y el volumen de grasa visceral por el ejercicio físico son muy importantes para revertir los efectos adversos de la acumulación de lípidos en otros lugares, tales como el corazón y la pared del vaso arterial”.


Los hallazgos apuntan a un papel importante de la imagen en la identificación de un tratamiento adecuado para los pacientes con diabetes tipo 2, que la Organización Mundial de la Salud sitúa como la séptima causa de muerte en el mundo en 2030. “En el futuro, esperamos ser capaces de utilizar las técnicas de imagen avanzadas para predigan en los pacientes individuales qué estrategia terapéutica es más eficaz: dieta, medicación, ejercicio, cirugía o ciertas combinaciones”, concluye Cordero.

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