martes, 18 de junio de 2013

Vinculan las peleas entre hermanos a una mala salud mental

Hermanos
Fuente: Europa Press
Las peleas entre hermanos, por ejemplo, por un juguete, son tan comunes que a menudo se entienden simplemente como parte del proceso de crecimiento. Sin embargo, un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de New Hampshire (UNH), en Estados Unidos, encuentra que la agresión entre hermanos se asocia con una salud mental significativamente peor en niños y adolescentes.
“Incluso los niños que reportaron sólo una agresión tuvieron alteraciones de salud mental”, dice Corinna Jenkins Tucker, profesora asociada de Ciencias de la Familia en la Universidad de New Hampshire y autora principal de la investigación, que se publicará en la edición de julio de la revista ‘Pediatrics’. “Nuestro estudio muestra que la agresión entre hermanos no es benigna en niños y adolescentes, sin importar como sea de grave o frecuente”, afirma.
El estudio analizó la agresión entre hermanos en una variedad de edades y distribución geográfica. Tucker y sus coautores analizaron los datos de la Encuesta Nacional sobre la exposición de los niños a la violencia (NatSCEV), una muestra nacional de 3.599 niños, de entre un mes a 17 años. En la investigación, se analizaron los efectos de asalto físico con y sin un arma o una lesión, la agresión a la propiedad, como quitar algo o romper cosas de los hermanos a propósito, y la agresión psicológica, como decir cosas que sientan mal a un hermano o lo asustan.
Los científicos encontraron que el 32 por ciento de los niños que informaron experimentar un tipo de victimización entre hermanos en el último año, la angustia de la salud mental fue mayor para los niños (de 1 mes a 9 años) que para los adolescentes (de 10 a 17 años) cuando experimentaron leves agresiones físicas de un hermano, pero las agresiones psicológicas o a su propiedad por parte de un hermano afectaron de manera similar a los niños y adolescentes.
Sus análisis también mostraron que, mientras que la agresión entre pares como ‘bullying’ se piensa generalmente que es más grave que entre hermanos, la agresión física y psicológica en ambos casos tuvo efectos independientes sobre la salud mental. Así, esta investigación indica que la agresión entre hermanos está relacionada con los mismos efectos graves de salud mental como la intimidación entre pares.
Una consecuencia importante de esta investigación, según uno de los autores, el profesor de sociología Heather Turner, es que los padres y los cuidadores deben tomarse la agresión entre hermanos en serio. “Si los hermanos se golpean entre sí, hay una reacción muy diferente que si eso ocurriera entre pares -dice–. A menudo se desestima, se ve como algo que es normal o inofensivo. Algunos padres piensan que es beneficioso, ya que un buen entrenamiento para lidiar con el conflicto y la agresión en otras relaciones”.
Los autores sugieren que los pediatras tienen un papel en la difusión de esta información a los padres en las visitas a la consulta y que los programas de educación para progenitores deben incluir un mayor énfasis en la agresión entre hermanos y enfoques para mediar los conflictos entre hermanos.

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